martes, 29 de diciembre de 2015


JOE COCKER, PERRO RABIOSO

Buscando leones en las nubes despide este 2015 radiofónico con una edición dedicada íntegramente a Joe Cocker, un homenaje al intérprete británico con ocasión del primer aniversario de su muerte, el pasado martes 22 de diciembre.

Joe Cocker fue uno de mis músicos favoritos en mi adolescencia. Con 17, 18 años no sólo me entusiasmaban sus canciones sino que había incluso una suerte de identificación con su figura, con su melena siempre algo desgreñada, con su trayectoria hippie, con su provocadora excentricidad. Sus primerizas versiones de los Beatles, su soberbia actuación en Woodstock, su disco Mad Dogs & Englishmen, que creo que fue el primero suyo que compré, constituyen recuerdos imborrables de aquella inocente etapa de mi vida. Después, y durante casi quince años, el cantante se eclipsó en mi horizonte de referencias musicales, para revivir en los ochenta con su reaparición, mucho más comercial, a raíz del impacto popular de un puñado de canciones que sonarían en la banda sonora de exitosas películas, Oficial y Caballero, Nueve semanas y media o El guardaespaldas.

Menos “radical”, algo más “apaciguado” que en sus excesivos días juveniles, el Joe Cocker de estos años postreros en los que muchas de sus últimas grabaciones estaban plagadas de solo correctas y más bien convencionales interpretaciones de clásicos y standards, me ha interesado también, resultándome entrañable su imagen de anciano devastado, destruido por el alcohol y las drogas, y llenando con su poderosa presencia los escenarios, entre movimientos espasmódicos y agónicos rugidos de su voz aguardentosa.

La mayor parte de la crítica, sin embargo, ha denostado el trabajo de Joe Cocker en estas últimas décadas, por considerarlo meramente alimenticio y superficial, acomodado y plano, sin la garra y el empuje, sin la valiente energía y la entrega juvenil de sus principios. Esa es, precisamente, la tesis que se recoge en Joe Cocker: perro loco, perro amaestrado (un título desafortunado, no sólo por su evidente y controvertido mensaje, sino también porque el Mad dog “cockeriano” debiera -creo- ser traducido por “perro rabioso”, mejor que por “perro loco”), la nota necrológica que el periodista musical Iván Carballido escribió en el diario online El confidencial el 23 de diciembre de 2014, un día después de la muerte del músico. El artículo, cuyas tesis, como he dicho, no comparto, aparece íntegro, aunque adaptado a las exigencias de nuestro programa, en la presente edición de Buscando leones en las nubes, como acompañamiento a trece de las canciones más representativas (Marjorine, Feeling alright, I’ll cry instead, With a little help from my friends, Delta lady, She came in through the bathroom window, The letter, Midnight rider, I can stand a little rain, Up where we belong, You can leave your hat on, Unchain my heart y You are so beautiful) del infortunado Joe Cocker, en un sucinto repaso de la biografía personal y artística del personaje.

Confío en que queráis volver con nosotros el próximo once de enero, en la primera emisión de Buscando leones en las nubes en el año 2016. Disfrutad de estos días finales de la Navidad. Felices fiestas a todos.

martes, 22 de diciembre de 2015


QUINIENTAS MENTIRAS PARA HACERTE FELIZ

Buscando leones en las nubes llega hoy a los quinientos programas. Desde que en el curso 1999/2000 comenzara su andadura en las entonces muy prosaicas instalaciones de Radio Universidad de Salamanca, y a lo largo de dieciséis ya largas temporadas -la actual es la decimoséptima-, nuestro espacio ha ido creciendo (en los primeros años no llegaban a veinte las emisiones que se radiaban cada curso; ahora son cuarenta y cinco anuales, más o menos, nuestras citas con las ondas) hasta completar esta desmesurada, insólita e inesperada cifra, nada habitual para un programa nacido -y sostenido- sin ninguna pretensión y elaborado con un enfoque amateur y un planteamiento sencillo y hasta elemental por parte de su creador, este Alberto San Segundo que desde aquí os escribe y que durante tanto tiempo se ha deleitado -y el verbo no es exagerado- en compartir con vosotros, nuestra cada vez más variopinta audiencia, sus particulares filias musicales y literarias, bajo la forma de centenares -miles, en realidad- de canciones y textos.

Y como ha ocurrido en los casos de anteriores ediciones centenarias (los programas en los que celebramos nuestras cien, doscientas, trescientas y cuatrocientas emisiones) Buscando leones en las nubes ha querido festejar este tan redondo logro cediéndoos a vosotros, nuestros oyentes, las riendas del espacio, ofreciéndoos la posibilidad de “construir” con vuestras colaboraciones esa señalada transmisión.

Y así, todos los textos y las canciones que aparecen en el programa han sido propuestos por nuestros oyentes ajustándose, en la mayor parte de los casos, a las pautas de estilo más habituales en nuestra larga trayectoria -la sensibilidad, la inteligencia, la capacidad de penetración, la dulzura, la delicadeza, la melancolía- aunque hay fragmentos y piezas musicales muy distintos a los acostumbrados y que de no ser por vuestra aportación difícilmente hubieran aparecido en alguna de nuestras ediciones.

De esta manera, en esta edición de aniversario han sonado los espléndidos temas de Rod Stewart, Adéle, Los Secretos, Stranglers, Amancio Prada con Chicho Sánchez Ferlosio, Ingrid St-Pierre, Fatoumata Diawara, Fryderyk Chopin en el piano de Maurizio Pollini, Charlie Haden con Melody Gardot, Sarah Vaughn y Benjamin Clementine, arropando los textos, como de costumbre lúcidos y penetrantes, muy agudos y evocadores, escritos por Pablo D’Ors, Michel Houellebecq, Jorge Bucay, Arthur Schopenhauer, Giacomo Leopardi, Blaise Pascal, Begoña Abad, Gustave Flaubert, Juana Ciudad, Ernesto Sábato y Jonathan Coe, cuyo espléndido fragmento, que ha sido la inspiración para el título del programa, os dejo como cierre a este comentario.

Quiero agradecer a toda nuestra audiencia su fidelidad de estos años, y singularmente a Marcos, Emilia, Alberto, Yolanda, Chema, Juana, Marina, Bea, Marga y Marisa por sus generosas e interesantes sugerencias que han permitido la conformación de este programa aniversario que espero que podáis disfrutar. Muchas gracias también a quienes han enviado sus colaboraciones y no han podido ver, por problemas de tiempo y composición del programa, radiadas sus propuestas. Gracias sinceras a todos.

“No me importa que llueva en verano. Hasta me gusta. Es mi lluvia favorita.” “¿Tu lluvia favorita?”, dijo Thea. Recuerdo que frunció el ceño sopesando aquellas palabras, y luego exclamó: “Pues la mía es la lluvia antes de caer.” Rebecca se sonrió al oír aquello, pero yo dije (en plan pedante supongo): “Pero, cielo, antes de caer en realidad no es lluvia.” Y Thea me dijo: “¿Y entonces qué es?” Y yo le expliqué: “Pues es sólo humedad. Humedad en las nubes.” Thea bajó la vista y se concentró una vez más en escoger los guijarros de la playa; cogió dos y se puso a golpearlos uno contra otro. Parecía que el ruido y la sensación le gustaban. Yo seguí: “¿Entiendes entonces que no existe la lluvia antes de caer? Tiene que caer para que sea lluvia.” Era una tontería explicarle aquello a una niña pequeña; casi me arrepentía de haber empezado. Pero por lo visto Thea no tenía ningún problema en captar la idea; más bien al revés, porque al poco rato se quedó mirándome y meneó la cabeza con gesto de pena, como si discutir aquellas cosas con una idiota estuviera poniendo a prueba su paciencia. “Ya sé que no existe.”, dijo. “Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea verdad para hacerte feliz, ¿no?”

martes, 15 de diciembre de 2015


 SIMON LEYS. EL SONIDO DE LA LLUVIA
 
Esta semana Buscando leones en las nubes cierra su serie de cuatro emisiones dedicadas a Simon Leys con una segunda entrega centrada en Ideas ajenas, un librito muy interesante en el que el escritor belga recopila infinidad de citas, pensamientos y reflexiones de más de dos centenares de autores diversos que él mismo fue recogiendo de su lecturas a lo largo de los años. Sobre este libro y sobre otros de nuestro invitado de esta noche tendréis a partir de la semana próxima un amplio comentario en todosloslibrosunlibro.blogspot.com, el blog de mi otro espacio en Radio Universidad.
 
Con su profundidad y su extraordinaria capacidad de sugestión, los textos que os leeré aparecerán arropados por canciones que, como de costumbre, contribuyen a crear esa atmósfera plácida y delicada, sosegada e intimista que, pienso, es nuestra principal seña de identidad.
 
Los autores de los pensamientos seleccionados en este último programa del ciclo han sido Jean Paulhan, León Tolstói, Henri Bergson, Michel de Montaigne, Charles Baudelaire, John Ruskin, Sima Quin, Jules Supervielle, Oscar Wilde, Joseph Conrad, C.S. Lewis (cuyo texto os dejo también aquí como cierre a esta presentación), William Faulkner y Jiang Jie.
 
Entre ellos han sonado las canciones de Will Stratton, Anjani, Jimmy Witherspoon, Zee Avi, Jesse Harris, Jill Barber, José James, Laura Marling, Lloyd Cole, Mina, Sufjan Stevens, Bebel Gilberto y Cécile McLorin Salvant.
 
 
La literatura ensancha nuestro ser al permitirnos experiencias que no nos pertenecen. Pueden ser hermosas, terribles, sobrecogedoras, estimulantes, patéticas, cómicas o simplemente atractivas. La literatura da cabida a todas ellas. Quienes hemos sido verdaderos lectores toda la vida no solemos darnos cuenta de la enorme extensión de nuestro ser que le debemos a los autores. Cuando mejor nos percatamos de ello es al hablar con un amigo que no lee. Puede que esté lleno de bondad y sentido común, pero vive en un mundo minúsculo en el que nosotros nos asfixiaríamos. El hombre que se conforma con ser él mismo y, por tanto, con un ser reducido, se halla en una cárcel. Mis ojos no me bastan. Ni siquiera me bastan los ojos de toda la humanidad. Lamento que los animales no puedan escribir libros. Me encantaría aprender cómo serían las cosas para un ratón o una abeja, y más aún poder percibir el mundo olfativo de un perro, cargado de información y emoción. Al leer buena literatura me convierto en un millar de hombres y sigo siendo yo mismo. Como el cielo nocturno del poema griego, veo con miles de ojos, pero sigo siendo yo quien ve. Entonces, como en una oración, trasciendo el amor en acción moral y en conocimiento, y al hacerlo es cuando realmente soy yo mismo.


martes, 8 de diciembre de 2015

 
SIMON LEYS. EL CAMINO DE REGRESO
 
Buscando leones en las nubes os da la bienvenida a una nueva emisión de nuestro programa, la tercera de la serie que en las últimas semanas estamos dedicando a Simon Leys, el inteligente escritor belga, fallecido hace poco más de un año.

Si los dos lunes precedentes os ofrecíamos textos del propio Leys, seleccionados de su libro de artículos La felicidad de los pececillos, publicado por Acantilado, en la edición de hoy y en la de dentro de siete días, nos centraremos en otra de sus obras, la reciente Ideas ajenas, que vio la luz en junio de este año en la salmantina editorial Confluencias en traducción de Teresa Lanero. Ideas ajenas, que lleva un significativo subtítulo: recopiladas idiosincráticamente por Simon Leys para el divertimento de los lectores ociosos, es una antología de citas que el escritor belga fue recogiendo de sus lecturas, de manera que, en puridad, ninguno de los textos -casi todos muy breves- que os leeré en estas dos últimas noches de nuestra serie “leysiana” son de la autoría del propio Simon Leys sino de alguno de los más de doscientos nombres que integran el poblado índice de este curioso librito. Henry de Montherlant, Graham Greene, Gustave Flaubert, Jean de la Bruyére, Charles Joseph de Ligne, Henry David Thoreau, D.H. Lawrence, William Shakespeare, Samuel Butler, C.S. Lewis, Jean Paulhan y Zhuang Zi son los responsables de las reflexiones de esta semana. Dentro de diez días, en el blog de mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, todosloslibrosunlibro.blogspot.com, podréis profundizar sobre la literatura de nuestro autor invitado en una amplia reseña dedicada a algunas de sus obras más destacadas.
 
Entre los textos, como de costumbre, música suave e intimista, con las habituales notas de delicadeza y sensibilidad que caracterizan las mejores de nuestras emisiones. Así, os invito a recrearos con las sugerentes voces de Cheikh Lo con Flavia Coelho y Fixi, Indigo Girls, Keith Richards, Judy Collins con Glen Hansard, Tony Bennett con Bill Charlap, Angela Lewis Brown, John Pizzarelli, Diana Krall, Benjamin Clementine, Karen Souza, Leonard Cohen y Aurelia O’Leary.

martes, 1 de diciembre de 2015

 
SIMON LEYS. LEA MUCHAS NOVELAS
 
Buscando leones en las nubes os ofrece esta semana la segunda edición de la serie, iniciada el lunes pasado, dedicada a Simon Leys, el excelente escritor belga, fallecido hace poco más de un año. Sus dos primeros programas, el de hace siete días y el de esta noche, se centran en textos seleccionados de entre la treintena de artículos del autor que se recogen en La felicidad de los pececillos, una espléndida antología de la obra periodística de Leys en la que brillan su inteligencia y su erudición, su clarividencia y su formidable capacidad de penetración. Os dejo uno de ellos, el que da título a nuestra emisión, como complemento a esta entrada.
 
Entre los fragmentos escogidos suena una decena de canciones que, como es costumbre en Buscando leones en las nubes, transmiten sosiego y tranquilidad, y son propicias para inducir el pensamiento y la introspección, para estimular la inteligencia y la sensibilidad. Su intérpretes son Sarah Menescal, Benjamin Clementine, Lana del Rey, Ballaké Sissoko con Vincent Segal, Krista Detor, Márcio Faraco, Paola Turci, Nils Lofgren, Virginia Rodrigues y Ben y Ellen Harper.
 
 
Cuando yo era un joven estudiante ingenuo, en mi primer año de universidad, el programa de letras (preparatorio para la carrera de derecho) incluía un curso de filosofía. Aunque esta perspectiva primero me entusiasmó, la mediocridad del profesor pronto me hizo desencantarme. No obstante, gracias a un contacto familiar, tenía la oportunidad de frecuentar el trato de un filósofo eminente, que era también un hombre encantador y generoso. A petición mía, me preparó una lista de lecturas filosóficas básicas: en una página anotó las referencias bibliográficas de diversos clásicos de la filosofía, así como algunas buenas introducciones modernas al estudio y a la historia de la filosofía. Conservé como algo precioso ese documento, pero acabó como otras muchas pertenencias mías por las que sentía apego, que he terminado extraviando a fuerza de correr mundo. Hoy, al cabo de medio siglo largo, he olvidado, naturalmente, los distintos títulos que figuraban en esa lista. No obstante, de lo que sí me acuerdo claramente es de la posdata que el gran filósofo escribió a pie de página. La recuerdo tanto mejor cuanto que en ese mismo momento no la comprendí, e incluso me dejó muy perplejo. Esa posdata decía (subrayado): “Y sobre todo, no lo olvide, lea muchas novelas”. Al leer esta nota, el estudiante inmaduro que yo era se quedó vagamente sorprendido: en cierto modo, la observación no me parecía suficientemente seria. Y, en efecto, en nuestra ingenuidad, a menudo tendemos a confundir lo serio con lo profundo. En el periódico, el editorial es generalmente serio, y divertidas las caricaturas; pero con harta frecuencia el editorial resulta ser verboso, mientras que las caricaturas son penetrantes. No fue hasta al cabo de muchos años cuando empecé a apreciar plenamente toda la sabiduría de mi filósofo, y ahora encuentro frecuentemente ecos de su consejo. Así, por ejemplo, Théodore Darlymple (el médico que escribe una crónica ingeniosa y mordaz en Spectator) observaba que, entre dos médicos de una misma cualificación profesional, él tendría más confianza en el que leyera a Chejov. Y por mi parte, añadiría: si cometo un crimen, desearía que mi juez fuese un lector de Simenon.

martes, 24 de noviembre de 2015

 
SIMON LEYS. LA FELICIDAD DE LOS PECECILLOS
 
Esta semana abrimos una serie de cuatro ediciones de nuestro espacio dedicadas a Simon Leys, el escritor belga, de cuyo estupendo libro La felicidad de los pececillos, que publicó en 2011 la editorial Acantilado en traducción de José Ramón Monreal, están extraídos todos los textos que os ofrezco en el presente programa y en el del próximo lunes. Las dos últimas emisiones de la serie estarán protagonizadas por otra de las obras del muy interesante escritor, pero ya os hablaré de ella cuando llegue el momento.
 
Simon Leys es un escritor, como digo de origen belga, fallecido hace poco más de un año, que desde muy joven se interesó por las culturas y las civilizaciones orientales hasta el punto de estudiar lengua, literatura y arte de China, viajando e instalándose desde muy joven en Asia, en Taiwan, Singapur, Hong Kong y la misma China. Traductor, crítico, ensayista y experto sinólogo, la publicación en los primeros setenta de un libro en que denunciaba con crudeza la sangrienta experiencia -que el ciego progresismo del mundo entero ensalzaba- de la Revolución Cultural de Mao Zedong le llevó -para evitar represalias- a tener que cambiar su nombre auténtico, Pierre Ryckmans, y adoptar el seudónimo de Simon Leys por el que hoy lo conocemos. A partir de 1970 se estableció en Australia para dar clases de literatura china, y fue allí, en Canberra, en donde murió en verano de 2014.
 
La felicidad de los pececillos es una colección de artículos, no demasiado extensa -no llega a la treintena la cifra de los escogidos-, en donde a partir de anécdotas de escritores y con numerosas referencias a la cultura china, se presentan profundas y muy sugestivas reflexiones, plagadas de una sabrosa erudición (aunque el autor rechaza el término), nada pedante, antes al contrario, llena de humor, estimulante y alegre, sobre temas muy variopintos: la literatura y el arte, las mentiras, las palabras y la ausencia, el gusto, la fealdad, el talento y la belleza, la nostalgia, la autoridad y la imaginación, la inteligencia y la perfección, la pereza y el éxito, el dinero, el tabaco y la lectura, y muchos más apasionantes asuntos. Por el libro desfilan infinidad de autores: William Golding, Kipling, Voltaire, Flaubert, Henry James, Rainer María Rilke, Baudelaire, Cyril Connolly, Goethe, Orwell, Somerset Maugham, Oscar Wilde, Proust, Sartre, y tantos otros, algunos de ellos, cómo no, chinos.
 
Dentro de un mes, exactamente el 23 de diciembre, en Todos los libros un libro, mi otro espacio de Radio Universidad, os ofreceré una reseña sobre algunas de las obras de Leys. Os remito al blog del programa para completar la reducida información que las habituales limitaciones de tiempo me permiten aportar ahora.
 
Entre los textos de La felicidad de los pececillos sonarán delicadas canciones, todas interpretadas por mujeres, como tan a menudo ocurre en Buscando leones en las nubes, que con su tono íntimo y sensual, con su delicadeza y su recogimiento contribuyen a conformar una atmósfera de sosiego y relajación. Así, las sugerentes voces de Lisa Bassenge, Florence and the Machine, Marissa Nadler, Eleni Mandell, Lizz Wright, Lisa Ono, Bïa, Sharon Robinson y Melody Gardot brillan en la emisión.

martes, 17 de noviembre de 2015

 
NEIL YOUNG. EL SUEÑO DE UN HIPPIE
 
Esta semana os ofrecemos la segunda y última edición de la breve serie que iniciamos hace siete días y que se plantea como un homenaje a Neil Young, que el pasado día 12 cumplió setenta años. El lunes pasado pudisteis escuchar íntegro el, para mí, mejor disco de su amplia obra, Harvest, el LP de 1972, objetivamente excepcional y, desde el punto de vista subjetivo, indisolublemente unido a algunos momentos de mi vida, de mi adolescencia más exactamente, de grato recuerdo para mí, ahora, más de cuarenta años después.
 
En el caso del programa de hoy voy a ofreceros una antología de doce canciones -de difícil selección, pues son decenas las que hubieran podido aparecer- escogidas entre las que más conectan con mi gusto personal, último criterio, a la postre, para decidir -sin ninguna pretensión absurdamente académica, erudita o profesional, sin ninguna voluntad de resultar representativo- qué temas constituirían mi particular celebración de la casi siempre magnífica discografía de Neil Young. Comes a time, Long may you run, Without rings, Desert highway, Such a woman, After the gold rush, Peace of mind, You and me, Only love can break your heart, One of these days, Helpless y Harvest moon, son las piezas elegidas.
 
Entre ellas -casi todas pertenecientes a la faceta más acústica y folk del artista canadiense- en el programa se leen algunos fragmentos -los únicos que he podido rescatar medianamente interesantes- extraídos de la autobiografía de Young que, con el título de Memorias de Neil Young. El sueño de un hippie, publicó hace año y medio, en una deplorable traducción, la editorial Malpaso. En la emisión de la semana pasada ya anticipé que hay pocas cosas en la vida y las opiniones de nuestro homenajeado que me resulten apreciables o siquiera mínimamente atrayentes. He escogido una docena de reflexiones sobre temas variopintos, el amor, la música, la vida en la carretera, la religión, el proceso creativo, la naturaleza, las drogas, de las pocas que han superado -sin excesos- mis admito que rigurosos criterios de selección.

Espero que pese a la banalidad de la mayor parte de los pensamientos de nuestro invitado podáis -arrastrados sobre todo por la belleza de sus canciones- disfrutar del programa.

martes, 10 de noviembre de 2015

 
NEIL YOUNG. HARVEST
 
Esta semana y la que viene nuestro espacio va a ofreceros dos ediciones monográficas consagradas a celebrar el septuagésimo cumpleaños de uno de los más importantes músicos de las últimas décadas, un compositor y cantante muy versátil, que se ha movido con soltura en los siempre apasionantes territorios del rock, el folk y hasta el country o el blues. Se trata, quizá ya lo habéis adivinado, de Neil Young que el próximo día 12 de noviembre cumple, como ya he señalado, setenta años.
 
Debo adelantar que yo no soy un especial devoto de Neil Young, de hecho, he seguido su carrera con numerosos altibajos, encadenando momentos de fervorosa exaltación con amplias etapas en las que su producción me resultaba indiferente o incluso irritante. Su vertiente más eléctrica y agresiva, la mayor parte de sus discos con Crazy Horse, su por otro lado loable voluntad de búsqueda y experimentación musical, sus coqueteos con el grunge, su colaboración con Pearl Jam, sus letras, casi siempre cercanas para mí a la ininteligibilidad, nunca me han interesado siquiera mínimamente. No me siento atraído tampoco por la personalidad del Neil Young individuo particular, más allá de su dimensión artística. Nada me dicen la mayor parte de los acontecimientos de su algo extrema existencia, su torturada inmersión en el universo de las drogas, su difícil carácter, su algo arisca presencia en el mundo, sus excentricidades, como su legendaria afición a los trenes de juguete, su devoción por los coches antiguos, su reciente obsesión por las posibilidades creativas de la tecnología. Y sin embargo...
 
... Y sin embargo, el canadiense está unido -muy agradable, satisfactoria y apasionadamente- a mi vida desde hace más de cuarenta años. Recuerdo mi entusiasmo -hablo de 1970 y 1971- por los discos Déjà vu y 4 Way Street, firmados por CSN&Y, el supergrupo formado por David Crosby, Stephen Stills, Graham Nash y el propio Neil Young. Recuerdo decenas de sus canciones que -en colaboración o, sobre todo, en solitario- han ido apareciendo en diversos momentos de mi vida, punteándola de manera significativa, a partir de esas fechas lejanas. Recuerdo discos como After the gold rush, Comes a time, Harvest moon o Silver & Gold, incluso el reciente Storytone, casi todos ellos muestras de lo mejor de la faceta folk, la más plácida e intimista, las más acústica y delicada, la más melódica y apacible, del infatigable compositor, autor de casi cuarenta discos en su muy dilatada carrera.
 
Y recuerdo, por encima de todos ellos, Harvest, el LP publicado en 1972 y que yo escuché deslumbrado en aquellos días hasta provocar el desgaste de sus muy frecuentados surcos. Me recuerdo en las rocas de una playa de Vigo un día luminoso de verano, recuerdo a las niñas de mi primera “pandilla” -¿dónde estarán ahora Piúca, Paz, Maite?... ¿qué habrá sido de ellas?-, recuerdo un tocadiscos portátil, a pilas, recuerdo las canciones de Harvest que yo “sabía” de memoria, sin tener idea de inglés, sólo por la repetición reiterada de su letras, unas letras, unos acordes que aún ahora me asaltan cuando vuelvo a escuchar el disco.
 
Y son esos recuerdos los que quiero evocar aquí en esta primera entrega del homenaje con el que Buscando leones en las nubes celebra las fructíferas siete primeras décadas de Neil Young. En la presente emisión suenan las diez canciones de Harvest, presentadas en su mismo orden y acompañadas de sus letras, unas letras que, como ya he anticipado, no me resultan especialmente atractivas. Os las dejo en versiones variopintas -y no demasiado afortunadas- extraídas de páginas especializadas en la obra de Young. Tres de ellas están inspiradas en las recreaciones del ubicuo Alberto Manzano y están extraídas del libro “Canciones de Neil Young”, que presentó la editorial Fundamentos en 1990.
 
Y como la duración del ya clásico -más que eso, mítico- disco es muy corta, os dejo, antes de cada tema y de su correspondiente letra, una breve presentación de cada uno de ellos, entresacada de un interesante y muy subjetivo artículo - que con el título de El puto Harvest de Neil Young recoge unas tesis que no siempre comparto- publicado por Manuel de Lorenzo en la revista Jotdown en mayo de 2013.

martes, 3 de noviembre de 2015

 
UN DULCE DESCANSO. ANTOLOGÍA DE SPOON RIVER
 
Buscando leones en las nubes os ofrece esta semana la segunda y última edición de la breve serie que dedicamos a Antología de Spoon River, uno de los grandes títulos de la poesía norteamericana y hasta universal que este año 2015 celebra su primer centenario. Os recuerdo que en el blog de Todos los libros un libro, mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, podéis leer una amplia reseña de la ya legendaria antología poética.
 
Hace siete días os ofrecimos trece de los cerca de doscientos cincuenta poemas del libro envueltos entre intensas piezas de blues de Chicago. Con una estructura idéntica, serán catorce los poemas que escucharéis en la presente emisión, todos protagonizados, como en el resto de los versos de la obra de Edgar Lee Masters, por las voces de difuntos, habitantes fallecidos en ese Spoon River de ficción pero que tiene ya, casi, estatuto de realidad, a partir de su fecunda vida en el imperecedero universo de la literatura.
 
Homesick James, J.B. Lenoir, Elmore James, Otis Spann, Kansas Joe McCoy, Floyd Jones, Eddie Boyd, Sunnyland Slim, Little Walter, Snooky Pryor, Lee Brown, Papa Charlie McCoy, David ‘Honeyboy’ Edwards y Lovie Lee han puesto la banda sonora a un programa en el que la emoción, la lucidez, la desesperación, el odio y la ternura, los lamentos y la resignación, la amargura y la tristeza de los habitantes del cementerio de Spoon River componen un fresco significativo de la sensibilidad humana.
 
Una muy conocida foto -de la que desconozco el autor- del cartel de entrada a Lewiston, el “correlato” real del Spoon River literario, ilustra esta presentación.

martes, 27 de octubre de 2015


TODOS DUERMEN EN LA COLINA. ANTOLOGÍA DE SPOON RIVER 
 
Este año 2015 se cumplen cien de la publicación de un clásico de la poesía estadounidense y, por extensión, universal. Se trata de Antología de Spoon River, la obra maestra de Edgar Lee Masters, y a ella vamos a dedicar dos ediciones en Buscando leones en las nubes, la de esta semana y la de dentro de siete días. En el blog de mi otro programa en Radio Universidad, Todos los libros un libro, tendréis a partir de pasado mañana una extensa reseña de la obra de la que os adelanto aquí algún fragmento a modo de breve presentación.
 
Edgar Lee Masters da voz, en su recopilación, a cerca de doscientos cincuenta personajes originarios de Spoon River, un pueblo ficticio, aunque basado en su lugar de origen, Lewiston, efectivamente bañado por el río Spoon, en Illinois. Quienes hablan son hombres y mujeres que ya han fallecido y permanecen enterrados en el cementerio local, en La colina, The hill, que da título al primer poema de la serie y que será también el primer texto que aparece en la emisión. Este carácter “mortuorio” de la obra explica también su aparición radiofónica en estas fechas, cercanas ya al Día de Difuntos.

En realidad, y tal y como aparecerá en mi crítica del próximo miércoles, lo que nos encontramos en el libro son los epitafios de estos ciudadanos, el texto que figura en sus lápidas mortuorias y en el que los hablantes se presentan, muestran aspectos significativos de su existencia, desvelan secretos que habían permanecido ocultos, se rebelan contra la visión convencional o consabida de sus personalidades, confiesan sus miserias o las de sus conciudadanos, acusan o se vengan de manera póstuma de quienes les han dañado o perjudicado en vida, gritan, suspiran, protestan, ironizan, se indignan, dialogan entre sí, insultan, denuncian, profieren alegatos o refutan lo que consideran enfoques subjetivos y parciales de sus vecinos. Escuchamos, pues, las voces de los muertos dirigidas a nosotros, los aún vivos, y al resto de los pobladores de Spoon River, y en ellas, en la libertad que deriva de lo inexorable de su acabada condición, detectamos los diversos registros de la inteligencia, la sentimentalidad y la emoción humanas, lo que convierte a Antología de Spoon River en un microcosmos que refleja la esencia de la naturaleza humana: la rabia, el sarcasmo, la ternura, la pesadumbre, el lamento, la amargura, el amor, la desesperación, la nostalgia, el dolor, la esperanza, la impotencia, la melancolía, la denuncia, el odio, los celos, la tristeza...
 
Entre ambas emisiones serán veintisiete los poemas ofrecidos, que aparecerán entre piezas de blues de Chicago, pues aunque hay algunas estimables recreaciones musicales de la obra de Masters con orígenes diversos y en diferentes géneros, he considerado que siendo Illinois el estado al que pertenece el pueblo en el que se basa la antología, siendo Chicago su capital y el lugar en que pasó gran parte de su vida el propio Edgar Lee Masters, y siendo el blues un género que, a mi juicio, se aviene de maravilla con el clima que respira la obra, mi elección resulta la más adecuada para poder disfrutar simultáneamente de textos y canciones. Robert Johnson, Junior Wells, Valerie Wellington, Willie Dixon, Muddy Waters, Lurrie Bell, Sonny Boy Williamson, Buddy Guy, Howlin’ Wolf, Jimmy Cotton, Otis Rush, Big Walter Horton y Jimmy Rogers integran la banda sonora del programa de esta semana.

Una espléndida foto de William Willinghton que recrea el universo de Spoon River complementa esta entrada.

martes, 20 de octubre de 2015

 
LA VIDA A DOS
 
Buscando leones en las nubes os invita a disfrutar esta semana de la segunda parte de nuestro particular acercamiento al tema de la pareja. Si recordáis, hace siete días os ofrecimos un programa un tanto peculiar organizado en torno a una muestra de poemas centrados en diferentes aspectos de la vida a dos, complementados con una selección de temas musicales, grandes clásicos casi todos ellos, cantados a dúo por parejas artísticas unidas al efecto y de manera exclusiva para la correspondiente interpretación.

Esta noche continuamos con el desarrollo de la misma idea inspiradora, con alguna ligera variación, no obstante, en su planteamiento final. Y es que nuestro programa de hoy vuelve a hablar de la pareja, aunque esta vez con poemas escritos por mujeres y entre canciones -que aparecen igualmente bajo la forma de duetos- en las que sus intérpretes son también mujeres.

Las autoras de los versos que os ofrezco son Susana March, Ángela Figuera Aymerich, Cristina Peri Rossi, Idea Vilariño, Carilda Oliver, Lina Zerón, Yolanda Castaño, Almudena Guzmán, Josefa Parra, Piedad Bonnett y Gioconda Belli.

Y entre sus poemas, y en consonancia con ese citado juego dual que hemos planteado en las dos últimas emisiones, habéis escuchado una serie de estupendas canciones interpretadas en pareja por Dee Dee Bridgewater con Oumou Sangaré, Angelique Kidjo con Cassandra Wilson, Linda Ronstadt con Ann Savoy, Ana Carolina y Maria Gadú, Alison Krauss con Natalie MacMaster, Cesaria Evora y Eleftheria Arvanitaki, Ornella Vanoni con Fiorella Mannoia, Natalie Cole con Reba McIntire, Emmylou Harris y Patty Griffin, Jane Birkin con Beth Gibbons y Anne Murray con Jann Arden.

El abrazo, otro "Egon Schiele", esta vez de 1917, ilustra oportuna e intensamente nuestro tema monográfico de hoy.
 

martes, 13 de octubre de 2015

 
DISTINTAS FORMAS DE DECIR NOSOTROS
 
Esta semana y la próxima vamos a ofreceros un par de programas centrados en la pareja, aunque no de una manera especialmente directa ni con un enfoque demasiado “frontal”. En esta primera emisión os traigo una larga serie de poemas, todos escritos por hombres, en los que las vicisitudes de la vida en común, el amor y el desamor, los anhelos y las esperanzas, los sueños y los pesares, la magia y la ilusión pero también las renuncias y el dolor que a menudo llevan consigo las relaciones amorosas son los protagonistas.
 
Distintas formas de decir nosotros, he querido titular el programa, para indicar así que el fenómeno del amor, de la pareja, de la convivencia conyugal o marital o como quiera que la llamemos admite acercamientos y enfoques muy distintos. Óscar Acosta, Joan Margarit, Juan Antonio González Iglesias, Adonis, Luis García Montero, Gonzalo Rojas, Benjamín Prado, José María Fonollosa, Vicente Gallego, Jaime Sabines y Jesús Munárriz son los poetas que en sus versos nos hablan de las delicias y los pesares del amor y la vida en pareja.
 
Y entre los versos, preciosas canciones, que para resaltar el esquema dual que “orienta” el programa, son interpretadas por dos cantantes; duetos, pues, en la vertiente musical de la emisión, en versiones magníficas y casi todas muy conocidas de grandes clásicos de la música popular. Des’ree con Terence Trent D’Arby, Tama con Susheela Raman, Nick Cave con Kylie Minogue, Van Morrison con Joss Stone, Keith Richards con Norah Jones (cuya unión “contra natura” y de dimensiones en cierto modo mitológicas -la Bella y la Bestia-, podéis disfrutar en el vídeo que acompaña esta entrada), Elton John con Bonnie Raitt, Neneh Cherry con Youssou N’Dour, Tony Bennett con Amy Winehouse, Zucchero y Cheb Mami, Roberta Flack con Donny Hathaway y Daúde con Djavan son nuestras parejas protagonistas de la emisión.
 
Pareja sentada, un cuadro de 1915 de Egon Schiele, uno de mis pintores favoritos, que tantas veces ha ocupado este espacio en nuestro blog, acompaña hoy muy oportunamente esta entrada.


martes, 6 de octubre de 2015

 
ADRIANA CALCANHOTTO
 
El pasado 3 de octubre, Adriana Calcanhotto, la estupenda cantautora brasileña, cumplió cincuenta años. Es por ello por lo que dedicamos una emisión de homenaje a una artista que ha estado presente en nuestros programas casi desde el primer día.
 
Os ofrezco así quince de sus canciones (Sou sua, Vambora, Esquadros, Fico assim sem vôce, Cantada (Depois de ter vôce), Devolva me, Marina, Metade, Justo agora, Seu pensamento, Por isso eu corro demais, Noite, Mentiras, Se tudo pode acontecer y Mais feliz) escritas, la mayor parte, por ella misma y todas espléndidas, delicadas, románticas, irónicas, algo tristes.
 
Entre ellas os dejo también sus letras en una traducción no literal, pues no sé portugués, sino en recreaciones más bien libres e incluso, en algunos casos, francamente imaginativas aunque, en mi opinión, ajustadas y oportunas (como ocurre, por ejemplo -aviso para navegantes-, con la algo estrambótica aparición de Sergio y Estíbaliz o de Silvestre y Piolín en uno de los textos).
 
Agradezco la revisión final a la que se ha prestado amablemente la profesora Esther Gambí, experta conocedora de la realidad y la cultura brasileñas.

martes, 29 de septiembre de 2015

 
LAS MUJERES QUE HE CONOCIDO

Nuestra edición de esta semana sigue moviéndose, al igual que hemos hecho en las restantes emisiones del mes de septiembre, en el esquema más reconocible del programa, el formato misceláneo hecho de canciones y textos heterogéneos que no comparten ni estilos ni orígenes ni enfoques siquiera similares.

Aunque sí hay, en el planteamiento general de nuestra propuesta, una nueva recaída en el tema del amor, que aparece en sus más amables manifestaciones, en una emisión que rezuma dulzura y esperanza, intensidad y gozo, pasión y ternura, entusiasmo, delicadeza y entrega, temblor, emoción y sensibilidad e incluso, como siempre resulta esperable en Buscando leones en las nubes, un punto de melancolía algo triste...

En la banda sonora del programa podréis escuchar a Annie Lennox, Keira Knightley (a la que os dejo cantando Lost stars en el trailer de Begin again, una entrañable película que os recomiendo con entusiasmo), Emilie Simon, Neil Diamond, Chiara Civello con Gilberto Gil, Asa, Katie Melua, Michael Brecker con James Taylor, Hanne Boel, Karrin Allyson, Bluebell, Ilya Serov, Misia y Rebekka Bakken.

Las íntimas y acogedoras canciones envuelven los dulcísimos textos escritos por Joan Margarit, Zoé Valdés, José Luis Sampedro, Antonio Gala, Francisco Brines, Olga Guirao, Jacques Prévert, Bárbara Kingsolver, Antonio Gómez Rufo, Leopoldo María Panero, José Avello, Olivier Rolin, Albert Camus y José Carlos Llop.

El vestido de la noche, un cuadro de 1954 que constituye la cuarta aparición de René Magritte en este septiembre, despide esta entrada con su personal universo onírico y lleno de simbolismo, algo inquietante y perturbador.

martes, 22 de septiembre de 2015

 
UNA MANZANA EN LA HIERBA
 
En esta tercera emisión del mes de septiembre nuestro programa vuelve a ofreceros una edición miscelánea hecha, como es costumbre cuando nos acomodamos a este formato, de canciones variadas y textos heterogéneos, unidos sólo por la calidad y la belleza de las unas y el interés, la penetración y la inteligencia de los otros.

Esta noche, el motivo central, el hilo conductor que anuda los distintos fragmentos literarios es el del improbable sentido de la vida, la ominosa presencia de la muerte, el absurdo de la existencia, el a la postre inapreciable rastro de nuestro paso por el mundo, en una emisión ciertamente densa, intensa y profunda. Metafísico estáis, podríais argüir, como dice Babieca a Rocinante en el prólogo del Quijote; a lo que yo no podría contestar Es que no como, al irónico modo en que Cervantes hace responder al decrépito acompañante del ingenioso hidalgo.
 
Los fragmentos literarios seleccionados pertenecen a obras de Nicole Krauss, Jesús Rodríguez, Rainer María Rilke, Peter Eisenman, Marcel Proust, Hans Lebert, Albert Cohen, José Carlos Llop, Paola Capriolo, Juana Salabert, José Ovejero, Fernando Royuela y Pedro García Montalvo.
 
Entre ellos han sonado las canciones de Dawn Landes, Sophie Zelmani, Natacha Atlas, Maria Taylor, Emery Adeline, Joelle Lurie, Linda Ronstadt con Ann Savoy, Leonard Cohen, Issa Bagayogo, Matthew E. White, Ana y Milton Popovic, Fiorella Mannoia y Dar Williams.

Ceci n'est pas une pomme, un cuadro de 1954 de René Magritte, que protagoniza las ilustraciones de este mes de septiembre en el blog, acompaña esta presentación.

martes, 15 de septiembre de 2015

 
UN ATAQUE DE REUMA
 
Buscando leones en las nubes os propone esta semana una apacible hora de radio que se deslizará dulcemente por un suave cauce hecho de temas musicales íntimos y acogedores y de una serie de fragmentos literarios que tratan de las relaciones entre hombres y mujeres, no siempre con el amor por medio, enfocadas desde una perspectiva humorística, participando todos ellos de una sutil ironía, un a veces cruel sarcasmo, una agudeza a menudo políticamente incorrecta y un ingenio siempre provocador.
 
Los autores de los muy punzantes textos escogidos son Sergi Pàmies, Fulgencio Argüelles, Vicente Huidobro, Jesús Pardo, Giacomo Leopardi, Julian Barnes, Paulino Masip, Justo Navarro, Ricardo Piglia, Fernando Iwasaki, Zadie Smith, Mario Benedetti y un sagaz, acertado e irónico Felipe Benítez Reyes.
 
Sus breves y penetrantes pensamientos -la mayor parte de una concentración y una intensidad que los asemeja -casi- a haikus- aparecen arropados por las delicadas y acogedoras melodías interpretadas por Halie Loren, Luisa Maita, Emmylou Harris con Rodney Crowell, Jane Weaver, Mario Biondi, Paola Turci, Tad Robinson, Emma Russack, Sofie, She & Him, Thievery Corporation con Lou Lou Ghelichkhani, Márcio Faraco y Krista Detor.
 
Un nuevo Magritte, Los amantes, ilustra -al igual que la semana pasada- nuestra enésima aproximación, esta vez irónica y plagada de escepticismo, al universo de la pareja y el amor. El cuadro, de 1928, es una versión alternativa de otro del mismo título que ya os habíamos ofrecido en este blog.

martes, 8 de septiembre de 2015


UN ENORME MALENTENDIDO
 
Bienvenidos un septiembre más, un curso más, a Buscando leones en las nubes que inicia aquí -sólo en el blog, las emisiones radiadas no comenzarán hasta octubre- su decimosexta temporada. Después de tantos años de contacto continuo con nuestros oyentes, celebro volver a empezar ahora un nuevo curso en antena.
 
En este primer programa del curso os ofreceremos una emisión miscelánea con canciones que comparten la atmósfera de intimidad y sosiego habituales en nuestra trayectoria, y textos de orígenes muy distintos pero que tienen en común el que se refieren, no de una manera sistemática, organizada y analítica, sino más bien de un modo indirecto, a partir de meras alusiones o tenues sugerencias, al tema de la identidad. En todos ellos encontraréis diversas aproximaciones a esa importante cuestión y a algunas adyacentes: ¿quiénes somos en realidad?, ¿qué nos constituye?, ¿existe un yo firme e inmutable?, ¿qué rasgos definen nuestra identidad?, ¿cuál es nuestro auténtico rostro -caso de que tal cosa exista?-, ¿somos dueños de nuestra vida o algo -quién sabe qué- nos lleva, nos dirige?
 
Los fragmentos literarios son obra de Arthur Schnitzler, Witold Gombrowicz, Enrique Vila-Matas, Dimas Más, Antonio Orejudo, Pedro Zarraluqui, Antonio Fontana, Vicente Verdú, Enriqueta Antolín, John Banville, José María Merino, Fernando Pessoa y Javier Marías.
 
Sus interesantes reflexiones han aparecido entre las melodías de Melody Gardot, Jamie Lynn Fletcher, Ora Cogan, Natalie Merchant, Shelby Lynne, Simply Red, Mindy Smith con Daniel Tashian, Diana Krall con Ryan Adams, Rumer, Hozier, Sara Mitra, She & Him y la espléndida y joven cantante española Nat Simons, una formidable revelación.
 
Reproducción prohibida, el magnífico cuadro de 1937 de René Magritte, acompaña esta entrada con una imagen también ilustrativa del tema de la identidad.


martes, 28 de julio de 2015

 
ISLAS IMAGINADAS
 
El último programa de Buscando leones en las nubes por esta temporada cierra también la serie de cuatro emisiones que durante el mes de julio os hemos venido ofreciendo con las islas como núcleo central monográfico abordado desde nuestra doble vertiente habitual, la literaria y la musical.
 
Y así será también en este caso, con una decena de canciones -en esta ocasión más festivas y alegres que de costumbre, para celebrar la despedida del curso- de temática insular y otros tantos breves relatos extraídos, como los de hace siete días, de Atlas de islas remotas, el deslumbrante libro de la alemana Judith Schalansky que presentaron el año pasado las editoriales Nørdica y Capitán Swing en una edición conjunta, y del cual os dejé una larga reseña en mi otro espacio en Radio Universidad en cuyo blog podréis leerla si queréis completar la información: todosloslibrosunlibro.blogspot.com. En cada uno de los fragmentos escogidos se presenta una isla seleccionada de entre las cincuenta que recoge el libro, participando casi siempre cada una de ellas, como señala la propia autora, de una doble naturaleza: deseadas, utópicas, idílicas, soñadas, pero a la vez inhóspitas y hostiles, desoladas e inhumanas.
 
Estoy seguro de que las magnéticas y encantadoras historias isleñas de Judith Schalansky junto a las optimistas canciones que suenan en el programa (interpretadas por Chris De Burgh, Madonna, Elton John, Dolly Parton con Kenny Rogers, Ringo Starr, Rosemary Clooney, Simon & Garfunkel, Blondie, Zac Brown Band y Pablo Milanés) van a entusiasmaros.
 
Con su mención me despido por este curso. Espero que la inspiración que da forma a los programas, las ideas de las que nacen, las piezas musicales y los textos literarios que los han constituido a lo largo de esta temporada os hayan proporcionado muchos momentos de disfrute y emoción, de placer y reflexión. Confío también en que dentro de un mes, el próximo septiembre, estéis aquí con nosotros en una nueva temporada, la decimosexta ya, de Buscando leones en las nubes.
 
 


Rapa Iti. Islas Australes. Polinesia francesa. Océano Pacífico
 
En una ciudad a orillas de la Cordillera de los Vosgos, un jovencito de seis años es asaltado por sueños que le hacen aprender un idioma desconocido. Sin saber si este idioma de verdad existe, o de dónde proviene, pronto el pequeño Marc Liblin lo habla con fluidez, no sólo en sueños. // Es un niño solitario, muy inteligente, ávido de conocimiento. De joven se alimenta más bien de libros que de pan. A los 33 años se dedica a vagar por la Bretaña como un desarraigado. Entonces, unos investigadores de la Universidad de Rennes se interesan por él, quieren descifrar el idioma de sus sueños y traducirlo. Dos años alimentan una gigantesca máquina con ese extraño parloteo. Es inútil. // De repente les viene la idea de llevarlo a las cantinas del puerto para preguntar a los marinos que bajan a tierra si alguno ha escuchado en algún sitio aquel idioma: Marc Liblin monologa como un solista frente a un grupo de polinesios en una cantina de Rennes, cuando el hombre detrás de la barra, antiguo miembro de la marina francesa, se inmiscuye durante la presentación para revelarle: ha escuchado ya ese lengüeteo en la más solitaria de todas las islas de la Polinesia. E incluso conoce a una vieja dama que habla exactamente así, esposa divorciada de un militar, la cual vive ahora por los suburbios en un edificio de bienestar social. // El encuentro con la dama polinesa transforma la vida de Liblin: Meretuini Make abre la puerta, él la saluda en su idioma, y ella responde de inmediato en el viejo rapa de la patria. // Marc Liblin, quien nunca ha dejado Europa, se casa con la única mujer que lo entiende, y junto con ella viaja a la isla donde se habla su idioma.

martes, 21 de julio de 2015

 
EL PARAÍSO ES UNA ISLA... EL INFIERNO TAMBIÉN
 
Esta semana, en la tercera edición de la serie que durante el mes de julio estamos dedicando a las islas, nuestra propuesta se articula en torno a textos extraídos de un excelente libro del que ya os di cuenta en mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca. Hace ahora un año presentaba en Todos los libros un libro un extenso comentario sobre Atlas de islas remotas, la espléndida obra de la alemana Judith Schalansky, que vio la luz en España en una presentación conjunta de las editoriales Nørdica y Capitán Swing. Os remito al blog de ese espacio, todosloslibrosunlibro.blogspot.com para conocer en profundidad los muchos motivos de interés de un libro magnífico.
 
Baste decir ahora que, en un volumen primoroso, con una preciosa presentación, un diseño excepcional, una edición muy cuidada, infinidad de detallistas y minuciosas ilustraciones e innumerables informaciones útiles, la autora presenta las singulares, sorprendentes, insólitas y en cualquier caso interesantísimas historias de una cincuentena de islas, inaccesibles algunas, casi inencontrables muchas de ellas, y remotísimas todas, que ella misma ha rastreado en archivos y bibliotecas, mapas y manuales de cartografía, publicaciones científicas e informes técnicos, escritos sobre viajes y diarios de exploradores y aventureros.
 
En la emisión que hoy os presento recojo las sustanciosas, poéticas, deliciosas, románticas y encantadoras narraciones relativas a nueve de estas islas desconocidas y sorprendentes (una de las cuales, la correspondiente a Floreana, os ofrezco al término de esta entrada), en las que afloran características geográficas, anécdotas, historias, vivencias, leyendas y realidades de cada una de las islas seleccionadas. Entre ellas han sonado las bellas canciones -todas también con temática relativa a las islas, sea en su vertiente literal o en sus múltiples connotaciones simbólicas- interpretadas por Chiara Civello, Gordon Lightfoot, Bia, Crosby, Stills & Nash, Diana Krall con Geoff Keezer, Thomas Dutronc, Beach House, Aimee Allen y Mayra Andrade
 
 
 
Floreana. Islas Galápagos (Ecuador):
 
Dramatis Personae: Dore Strauch, una profesora de instituto que sueña con una vida más emocionante que su matrimonio con el director del centro que le dobla la edad, y el doctor Friedrich Ritter, un dentista berlinés de frente arrugada y las pupilas brillantes que desea cartografiar el cerebro humano y que siente que la civilización no tiene nada nuevo que ofrecerle. En 1929 ambos abandonan a sus respectivos cónyuges para escapar a Floreana, un lugar sin estado, donde solo gobierna la ley de la necesidad. // El escenario de la trama: una isla solitaria que nunca llegó a ser colonizada. Aquí, en el cráter verdoso de un volcán extinto, Friedrich y Dore establecieron su hogar: la granja Frido, una cabaña de chapa y acero inoxidable, y empezaron a cultivar esta tierra prometida, sin pensar en el pasado ni en el futuro. Su vestuario se reduce a unos harapos de ermitaño que solo utilizan cuando reciben visitas; al principio solo iban a Floreana curiosos que querían rellenar páginas de periódicos con la Historia de Adán y Eva en las Galápagos, pero pronto comienzan a llegar muchos imitadores. Apenas puedo creer que llegaran tantos visitantes a este lugar tan remoto e inaccesible, anota Ritter en su diario. En 1932 un nuevo personaje aparece en este teatro al aire libre: la austriaca Eloise Wagner de Bousquet, baronesa autoproclamada, una vividora de dientes grandes y pestañas oscuras, impulsada por la firme intención de construir un hotel de lujo para millonarios en la isla. Entre sus pertenencias se incluyen vacas, patos y pollos, ochenta quintales de cemento y dos amantes: Lorenz, un joven flaco y esmirriado, de cabello rubio como el trigo, y Philippson, un tipo atlético, fuerte y musculoso. Ambos son esclavos de los deseos y caprichos de la baronesa. quien disfruta jugando a ser emperatriz, tiranizando a los dos hombres y dando órdenes a golpes de látigo y pistola. Le gustaba atormentar al pobre Lorenz y herir a los animales para volver a curarlos después. El hotel, que se iba a llamar Hacienda Paraíso, nunca llegó a ser construido, se quedó en una lona aislante extendida sobre cuatro estacas, bajo la que dormían los tres. La comedia acabó siendo un melodrama policíaco: en 1934 la baronesa y Philippson desaparecieron sin dejar rastro; el esqueleto de Lorenz fue encontrado en la playa de una isla cercana y el doctor Ritter murió por una intoxicación alimentaria. Solo Dore regresó a Berlín y los periódicos de todo el mundo especularon durante mucho tiempo sobre el affaire de las Galápagos. A día de hoy aún no se sabe quién fue el asesino.

martes, 14 de julio de 2015

 
SUSPIRAMOS POR UNA ISLA
 
La segunda emisión de Buscando leones en las nubes dedicada a las islas quiere acercarse a las muchas posibilidades metafóricas que ofrece la insularidad con una selección de textos y canciones que tienen al evocador accidente geográfico como protagonista. Y así, desde nuestra vertiente literaria y abandonando el enfoque poético que nos ocupó hace siete días, voy a ofreceros una muestra de textos extraídos de un número monográfico que en noviembre de 2009 dedicó a las islas la Revista de Occidente bajo el título La exuberancia del límite. Coordinado por Jorge Lozano (cuyo texto introductorio al libro acompaña a esta entrada), el interesante volumen recoge múltiples aproximaciones a nuestro tema principal, realizadas desde las Ciencias Naturales, la Historia, la Literatura, el Cine, la Economía, el Arte, la Geografía, la Mitología y hasta la Filosofía o la Semiótica. Jorge Lozano, Frank Lestrignant, Umberto Eco, Pedrag Matvejevic, Raul Brandâo, María Zambrano, Gilles Deleuze -en dos fragmentos consecutivos-, Louis Marin, Peter Sloterdijk, Andrés Sánchez Robayna, de nuevo Jorge Lozano y Guido Gozzano son los autores de los textos leídos.
 
Entre las sugestivas reflexiones suenan canciones, también con las islas como tema central tanto en su literalidad como, sobre todo, a partir de las numerosas sugerencias simbólicas que encierran: la soledad, el abandono amoroso, la promesa de felicidad, la vida libre, los paraísos soñados o la imposibilidad de las quimeras, entre otras muchas. Sus intérpretes son Patty Larkin, Adriana Calcanhoto, The Saw Doctors, Laurent Voulzy, Zizi Possi, Mindy Smith, Edoardo Bennato, Bonnie Tyler, Japan, Joan Baez, Cesaria Evora, Carla Bruni y This Mortal Coil.
 
 
La exuberancia del límite. Jorge Lozano
 
“Las islas se denominan así (insula) porque están in salo, en el mar”. Son palabras de San Isidoro de Sevilla, quien a continuación menciona “las más conocidas y de mayor extensión”: Britania, Tánatos, Thule, Las Orcadas, Scotia (Escocia), Gadis (Cádiz) y las Islas Afortunadas (...), “situadas en el océano, enfrente y a la izquierda de Mauritania, cercanas al Occidente de la misma y separadas ambas por el mar”:
 
Las Islas Afortunadas nos están indicando con su nombre que producen toda clase de bienes; es como si se las considerara felices y dichosas por la abundancia de sus frutos. De manera espontánea producen frutos los más preciados árboles; las cimas de las colinas se cubren de vides sin necesidad de plantarlas; en lugar de hierbas, nacen por doquier mieses y legumbres. De ahí el error de los gentiles y de los poetas paganos, según los cuales, por la fecundidad del suelo, aquellas islas eran el paraíso. (Etimologías)
 
San Isidoro pensaba que el Paraíso Terrenal estaba en Asia, y desde luego en una isla, como también mantendría más tarde, en el siglo VIII, Beda el Venerable, según una tradición existente ya en la Antigüedad grecorromana, que había imaginado un sinfín de islas paradisíacas, de los Campos Elíseos al Jardín de las Hespérides. Con estos antecedentes, no es de extrañar que muchos asocien las islas al Pecado Original.
 
Además, puesto que en ellas parece haber quedado incompleta la tarea, acometida por Yehová en el Génesis, de separar el agua de la tierra, se justifica también la definición que los diccionarios dan de las islas como espacios de naturaleza intermedia.
 
El mundo es una isla, dirá el geógrafo Estrabón, y al mismo tiempo cada isla es un mundo. Las islas pueden ser perdidas, maravillosas, fantásticas, desiertas, peregrinas, lugares del mito, de la utopía, del descubrimiento científico, de la soledad, del aislamiento, del exilio; bienaventuradas y funestas. Espacios de alteridad, recintos clausurados sin clausura. Islas-islas e islas continentes. Islas que a veces se convierten en penínsulas, o que se multiplican en archipiélagos –digamos de pasada que, como en otro lugar ha recordado Frank Lastringant, el autor que abre este número de Revista de Occidente, Archipiélago fue en un principio el nombre propio que designaba el Mar Egeo, “el mar primero”, “el mar principal”: por transformación semántica se pasa de un mar que tiene islas a un conjunto de islas en medio del mar. El prestigio de las islas, su aura mágica, el deseo de recuento y clasificación que provocan, justifica la importancia que los islarios (ampliamente tratados en esta monografía) tuvieron un tiempo en la cultura occidental. Una enciclopedia de lo conocido y lo desconocido, un artificio clasificatorio imprescindible al que recurren todo tipo de iconografías.
 
En la monografía que presentamos, que combina los enfoques y discursos de disciplinas como la geografía, la mitología, la semiótica, la historia, la economía, el arte o la filosofía, el lector verá surgir constantemente las oposiciones semióticas que se encuentran en la misma definición de isla: oposiciones entre lo continuo y lo discontinuo, lo conocido y lo desconocido, el dentro y el fuera, lo indefinido y la forma, inseparable de la existencia de bordes, confines, fronteras. La conciencia hipertrofiada de esos límites es tal vez la marca de la isla, lo que mejor consiente en definir la naturaleza, tan difícilmente desentrañable, de nuestro objeto. En las islas la exuberancia del límite contrastaría y se opondría a lo que no tiene límite, lo indefinido, lo indeterminado, lo infinito.

martes, 7 de julio de 2015

 
ISLA IGNORADA
 
Bienvenidos a esta primera edición de Buscando leones en las nubes del mes de julio, con la que iniciamos una serie de emisiones que no serán radiadas a través de las ondas radiofónicas convencionales y sólo podrán escucharse aquí, en nuestro blog. Y aprovechando las fechas veraniegas y el hecho, tantas veces glosado en nuestro espacio, de que el estío siempre resulta propicio para el viaje, para zarpar en busca de una quimera sólo posible bajo el calor del sol, entre el azul transparente de las aguas del mar, quiero ofreceros cuatro programas dedicados a las islas, esos lugares únicos que a menudo aparecen rodeados de un aura como mágica, y que siempre encierran la promesa -a la postre ilusoria- de una vida soñada, con su encanto paradisíaco, su incitación a disfrutar de una existencia primitiva, originaria, salvaje, primordial, rezumante de erotismo y sensualidad, de naturalidad y belleza, de intensidad y plenitud.
 
Las islas aparecerán así, pues, en estas emisiones, en su doble condición, metafórica y real, que permitirá la mención a leyendas y mitos, a poesía y misterio, a grandiosas epopeyas y modestas aventuras, pero igualmente a vertientes más íntimas, vinculadas a algunos aspectos esenciales de nuestra naturaleza: el ansia de libertad, la irresistible tentación del aislamiento y la soledad, la pulsión robinsoniana que casi todos nosotros llevamos dentro en mayor o menor medida, la atracción de la ruptura, de la huída, del “adiós a todo esto”, la difusa intuición del renacimiento y la utopía, el salvador abismo de la pasión y el amor infatigables, ilimitados, inacabables.
 
En este primer programa os presento, entre canciones centradas en ese sugerente universo insular (valga el oxímoron, significativa muestra de las oposiciones entre lo continuo y lo discontinuo, lo conocido y lo desconocido, el dentro y el fuera, lo indefinido y la forma, que, como ha señalado Jorge Lozano, reflejan las islas), una decena de poemas centrados en las islas, extraídos, en su mayor parte, de Cuaderno de las islas, un excelente libro de Andrés Sánchez Robayna, publicado hace años por la editorial Lumen, en el que el poeta canario recoge sus principales escritos sobre el tema y los acompaña de una muy sugestiva antología de poemas de la literatura española y universal que tienen las islas como protagonistas. Los versos seleccionados han sido escritos por Blaise Cendrars, Pedro García Cabrera, William Butler Yeats, Derek Walcott, Gloria Fuertes, Adam Zagajewski, Eugenio de Andrade, Dulce María Loynaz, Hilda Doolittle y el mencionado Constantino Cavafis.
 
Y entre ellos, la música emitida evoca también, como digo, el territorio, sobre todo simbólico, aunque también material, de las islas, en espléndidas canciones interpretadas por Bobby Vare, Cat Power, Christian Kjellvander, Carly Simon, Henry Salvador, Heather Nova, Chico Buarque, Emmylou Harris, New Musik y la brasileña Bïa.

martes, 30 de junio de 2015

 
UNA GOTA DE MERCURIO
 
Quienes pudisteis escuchar Buscando leones en las nubes hace siete días sabréis que las dos emisiones, la del lunes pasado y la de esta semana, se articulan sobre una misma lógica. He querido organizar ambos programas a partir de un conjunto de fragmentos literarios y piezas musicales cuyos respectivos autores e intérpretes son los mismos en cada una de las dos ediciones.
 
Con un enfoque en ambos casos teñido de melancolía y una atmósfera algo lánguida que rezuma aflicción y pesar, la propuesta aspira a interesaros, a haceros pensar y, por qué no, hasta a emocionaros y conmoveros con reflexiones que giran sobre el sinsentido de la vida, lo efímero del tiempo (una gota de mercurio que brilla en la palma de la mano y se escurre entre los dedos cada vez que intentas capturarla), lo absurdo de la existencia y la inutilidad de todo propósito u objetivo con los que aspiremos a guiar nuestro paso por el mundo.
 
Bob Dylan, Diana Krall, She & Him, Nick Mulvey, Annie Lennox, Catrin Finch con Seckou Keita, Karen Souza, Eric Clapton, ELE, Van Morrison con Mick Hucknall, Frazey Ford y Little Jimmy Scott (al que volvemos a homenajear con ocasión del primer aniversario de su muerte, y del que dejo una nueva muestra de su arte en una grabación en vivo de su interpretación del clásico de Simply Red, Holding back the years; aún recuerdo un magnífico concierto del entrañable cantante en Salamanca, hace un par de décadas... Descanse en paz), han puesto la banda sonora a la emisión.

Los fragmentos literarios han sido extraídos de sendas obras de Agota Kristof, Edward St. Aubyn, Richard Ford, Rafael Chirbes, Luis Landero, John Banville, Donna Tartt, José Antonio Garriga Vela, Bernardo Atxaga, Fulgencio Argüelles, Geoff Dyer e Ivo Andric.
 
Marcella, un óleo pintado en 1910 por Ernst Ludwig Kirchner, refleja con excepcional belleza este tedio existencial que está en el fondo de nuestra propuesta de esta semana.

martes, 23 de junio de 2015

 
UN DOLOR MATE
 
Buscando leones en las nubes se envuelve esta semana en un halo de tristeza para ofreceros una emisión un tanto singular que se plantea como una suerte de juego a desarrollar durante dos lunes consecutivos. Con un tono general algo melancólico y apesadumbrado tanto en textos como en música, he elegido, para completar estas dos ediciones del programa, una serie de fragmentos literarios y un conjunto de canciones cuyos autores e intérpretes respectivos serán los mismos en una y otra emisión.
 
Y así, doce escritores y otros tantos cantantes repetirán en el elenco de protagonistas de cada una de estas dos horas de radio, muy semejantes entre sí, presentadas, como de costumbre, por Alberto San Segundo, bajo el control técnico de Elena Villegas.
 
En la vertiente literaria del programa os ofrezco textos escritos por Agota Kristof, Edward St. Aubyn, Richard Ford, Rafael Chirbes, Luis Landero, John Banville, Donna Tartt, José Antonio Garriga Vela, Bernardo Atxaga, Fulgencio Argüelles, Geoff Dyer e Ivo Andric.
 
Entre ellos han sonado las canciones interpretadas por Bob Dylan, Diana Krall, She & Him, Nick Mulvey, Annie Lennox, Catrin Finch con Seckou Keita, Karen Souza, Eric Clapton, ELE, Van Morrison con Mick Hucknall, Frazey Ford y Little Jimmy Scott, con quien he querido terminar el programa en homenaje a su figura, al cumplirse el pasado 12 de junio el primer año de su muerte.

Un magnífico autorretrato de 1912 de Egon Schiele, ilustra nuestra entrada, en paralelo, con la angustia, la desolación y el espíritu torturado que son señas de identidad de la pintura del austríaco, con el dolor mate al que alude el título de nuestra edición de esta semana. Los cuadros de Schiele me han acompañado desde hace muchos años, reproducciones de sus obras se multiplican por las paredes y las estanterías de mi casa y aquí, en el blog de Buscando leones en las nubes, os he dejado más de una vez algunas muestras de su indiscutible y desesperanzada genialidad.